Hermanas y compañeras de viaje...
Una comunión con doble ración de creatividad, espontaneidad y alegría…

Ya estamos casi en Abril , y si tus hijos van a a hacer la Primera Comunión, seguro que ya empiezan los nervios, porque hay que preparar muchas cosas, vestido, lugar, clases…¡Y las fotos!
No os olvidéis de las fotos y ahí aparezco yo en escena, con mucha ilusión, esperando que llegue el buen tiempo para disfrutar tanto como lo hice el año pasado con las sesiones de comunión, hoy os cuento un poco de la sesión de Mercè y Helena que me hicieron vivir momentos mágicos..



En las sesiones de fotos previas al dia de la comunión, además de poder vestirse de gala, los niños/as no están tan nerviosos como el día de la comunión y disfrutan saltando y posando, sintiéndose importantes y protagonistas durante un día, y es que el sentirse así de vez en cuando refuerza su autoestima.




Si bien es importante que tengan momentos individuales para poder expresar como se sienten y ser protagonistas, compartir con un herman@ vivencias, charlas en familia, juegos, miedos, culpas, risas es el mayor tesoro que se llevaran a su vida adulta.
Los hermanos siempre serán una conexión con tu niñ@ interior (por viej@ que seas), con tu infancia, tus primeros sueños. Entre hermanos hay un vínculo muy intenso, con una línea muy sutil entre el enfado y el amor más absoluto…




Me maravilló ver a estas dos hermanas disfrutando de su día, de sus vestidos (se los miraban de arriba abajo) cómplices de la aventura, y me conectó como bien dicen los libros con mi niña interior recordando aventuras con mis hermanas.


Y es que por eso disfruto tanto de mi trabajo porque siempre hay una experiencia detrás, siempre ocurren cosas y afloran emociones. Si lo piensas un momento los niños son una puerta mágica a conocerte a ti mismo y conectar con ello.


Yo las miraba y veía mi infancia con mis hermanas, toda esa diversión, risas, complicidad...nunca estaré lo suficiente agradecida por tener dos hermanas a las que quiero con locura..
Cada una de ellas quiso tener su importancia, cada una su espacio, por ello en la sesión hubo fotografías individuales de cada una de ellas .









Pero las fotos que más transmiten son las de ellas dos juntas compartiendo una experiencia que recordarán siempre, su Primera Comunión, otra aventura que vivieron juntas y que recordarán toda la vida.


Nos lo pasamos en grande, en momentos me dirigían ellas, su imaginación se desbordó y la naturalidad y espontaneidad estuvo muy presente en la sesión. Y fue maravilloso, porque es cuando más disfrutamos todos, ellas formando parte de la sesión no solo delante de la cámara sino aportando ideas, sugiriendo poses….
Estaban encantadas con todo lo que llevé, el tipi, las flores, el baúl, las gafas de sol con margaritas…
Ellas superdivertidas y yo con el ojo en el visor sin poder para de disparar y disparar, alargando hasta que se fue el sol con una mini sesión familiar con sus papis, también os dejo aquí algunas de ellas.
Esta fue una sesión con dos niñas preciosas, dispuestas a inmortalizar momentos de sus vidas, en un ambiente distendido, en una localización de ensueño…. ¡Doble ración de todo!
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